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Molestias por cotorras urbanas

La cotorrita verdigris (Myiopsitta monachus) también conocida como cotorra monje o argentina es una especie de psitácido (loros, cotorras y periquitos) de reciente aparición en Europa. Sus poblaciones europeas tienen origen en escapes accidentales o liberaciones de ejemplares domésticos. Esta especie se ha adaptado perBy Szilas (Own work) [Public domain], via Wikimedia Commonsfectamente a los ambientes urbanos, donde encuentra alimento y carece de depredadores. Actualmente existen poblaciones reproductoras estables en numerosas ciudades españolas y su área metropolitana, como Barcelona, Madrid, Valencia o Sevilla.

A pesar de ser una graciosa especie de bellos colores, su presencia en nuestras ciudades tiende a la larga a originar problemas con los ciudadanos. Su carácter ruidoso genera molestias para los vecinos que tienen colonias cerca de sus casas. Causan daños en los árboles de los jardines públicos, cables de alumbrado y edificios. El riesgo de desprendimiento de sus colonias (de hasta 150 kilos) supone un peligro para la seguridad pública. Son potencialmente portadoras de enfermedades y parásitos. Por último pueden llegar a arruinar cosechas de productos agrícolas.

Otra especie de cotorra perfectamente asentada en nuestras ciudades es la cotorra de Kramer (Psittacula krameri). Sus poblaciones no han experimentado un crecimiento tan grande como el de la especie precedente, probablemente debido a que requiere de huecos en árboles para nidificar, que son más escasos que los lugares donde la cotorrita verdigris nidifica (entre las ramas de los árboles). Los problemas potenciales son en todo caso similares para las dos especies.

La solución a estos problemas no es sencilla. La exterminación directa de ejemplares es éticamente conflictiva y podría dar lugar a protestas ciudadanas. Además, técnicamente es complicada, ya que son animales voladores, inteligentes y conocedores de las costumbres humanas. Por tanto, son necesarias soluciones basadas en criterios científicos. La capacidad de crecimiento de las poblaciones animales está limitada por los recursos disponibles y sus depredadores. Dado que las cotorras urbanas no tienen prácticamente depredadores, el control de sus poblaciones debería basarse en la restricción de sus recursos. Los recursos que generalmente limitan las poblaciones de aves son el alimento y los lugares de reproducción. Desde Càdec proponemos soluciones en esta línea a los organismos públicos afectados por estos problemas. Ofrecemos soluciones específicas basadas en la reducción del tamaño poblacional mediante el control de los recursos, a través de un estudio pormenorizado.

Molestias por fauna urbana

Las ciudades y pueblos son medios hostiles para la mayoría de animales. Sin embargo, algunas especies han conseguido habitarlos y sacar provecho de la disponibilidad de alimento y falta de depredadores que aquí existen. Un buen número de las especies que se han asentado en los medios urbanos generan molestias o pérdidas económicas de diverso grado a los ciudadanos. Las especies que suponen mayores problemas (ratas, ratones, cucarachas, palomas) son objeto de control desde hace mucho tiempo, existiendo empresas especializadas en su eliminación.

Sin embargo, existen algunas especies animales menos conocidas cuyas molestias pueden ser localmente elevadas, pero cuyo tratamiento excede a menudo el conocimiento de las empresas convencionales de tratamiento de plagas. Asimismo se trata de mamíferos y aves cuya eliminación por métodos cruentos es generalmente impopular y éticamente discutible.

Avión común, licencia Creative Commons
Muchas especies que causan problemas están protegidas por ley, con lo que no es posible la eliminación directa. Este es el caso de los murciélagos, golondrinas y aviones. En estos casos, se deben emplear estrategias para su control basadas en el conocimiento de su biología y que no supongan daños para los animales y por tanto el incumplimiento de las leyes que los protegen.

Otras especies molestas son de reciente aparición en nuestros pueblos y ciudades, y los métodos para su regulación son aún desconocidos por la mayoría de empresas de control animal convencionales. Este es el caso, por ejemplo, de las aves exóticas que desde hace unas décadas nidifican en los parques y jardines de muchos entornos urbanos. Destacan entre estas las cotorras verdigrís y de Kramer, de las que se prevé una problemática creciente a medida que se expanden y crecen sus poblaciones.

Por último, las aves que utilizan los ambientes urbanos como dormideros (estorninos, lavanderas, gaviotas) suelen formar grandes agrupaciones en espacios pequeños, lo que concentra en dichos lugares grandes molestias (excrementos, ruido, potencial transmisión de enfermedades).

Càdec ofrece a sus clientes la posibilidad de actuar sobre estas especies molestas con soluciones novedosas y efectivas, poco cruentas y dentro de la legalidad vigente. Ofrecemos asesoramiento a organismos de la administración y soluciones prácticas a particulares. Nuestras soluciones están basadas en el extenso conocimiento que disponemos de la biología de los animales salvajes, siendo el objetivo el abandono natural y permanente de los lugares donde causan molestias.

Molestias por murciélagos urbanos

Las ciudades y pueblos de nuestro territorio son habitadas por varias especies de murciélagos. Las más comunes son el murciélago de Cabrera (Pipistrellus pygmaeus), el enano (Pipistrellus pipistrellus), los hortelanos (Eptesicus serotinus e isabellinus) y el rabudo (Tadarida teniotis).

Tadarida
Murciélago Rabudo (Tadarida teniotis)

Estos habitantes de nuestro entorno urbano suelen pasar generalmente desapercibidos. Sin embargo, hay veces que pueden llegar a causar molestias a ciertas personas. Algunas colonias a menudo se instalan en oquedades de los edificios. Para los propietarios de las viviendas suponen molestias por ruidos, olores y posibilidad de transmisión de parásitos y/o enfermedades.

La eliminación de estas molestias no puede llevarse a cabo por métodos tradicionales de exterminación por varios motivos. El más importante es que se trata de especies protegidas por ley. Todas las especies de murciélagos se hallan protegidas por la Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y la Biodiversidad, al estar incluidas o en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial o en el Catálogo Español de Especies Amenazadas.

A menudo, las empresas convencionales de control animal proponen como solución el sellado de los orificios de entrada a los refugios. Esto supone la muerte de los animales (lo cual es ilegal) e implica un riesgo desde el punto de vista de la salud pública ya que decenas de animales en descomposición permanecerán en algún orificio del edificio (falso techo, cámaras de aire en fachadas).

El método de Càdec, basado en el conociento de la biología de cada especie, permite eliminar las molestias sin infringir las leyes y sin riesgos para la salud, forzando a la colonia a realojarse.