Las ciudades y pueblos son medios hostiles para la mayoría de animales. Sin embargo, algunas especies han conseguido habitarlos y sacar provecho de la disponibilidad de alimento y falta de depredadores que aquí existen. Un buen número de las especies que se han asentado en los medios urbanos generan molestias o pérdidas económicas de diverso grado a los ciudadanos. Las especies que suponen mayores problemas (ratas, ratones, cucarachas, palomas) son objeto de control desde hace mucho tiempo, existiendo empresas especializadas en su eliminación.
Sin embargo, existen algunas especies animales menos conocidas cuyas molestias pueden ser localmente elevadas, pero cuyo tratamiento excede a menudo el conocimiento de las empresas convencionales de tratamiento de plagas. Asimismo se trata de mamíferos y aves cuya eliminación por métodos cruentos es generalmente impopular y éticamente discutible.
Muchas especies que causan problemas están protegidas por ley, con lo que no es posible la eliminación directa. Este es el caso de los murciélagos, golondrinas y aviones. En estos casos, se deben emplear estrategias para su control basadas en el conocimiento de su biología y que no supongan daños para los animales y por tanto el incumplimiento de las leyes que los protegen.
Otras especies molestas son de reciente aparición en nuestros pueblos y ciudades, y los métodos para su regulación son aún desconocidos por la mayoría de empresas de control animal convencionales. Este es el caso, por ejemplo, de las aves exóticas que desde hace unas décadas nidifican en los parques y jardines de muchos entornos urbanos. Destacan entre estas las cotorras verdigrís y de Kramer, de las que se prevé una problemática creciente a medida que se expanden y crecen sus poblaciones.
Por último, las aves que utilizan los ambientes urbanos como dormideros (estorninos, lavanderas, gaviotas) suelen formar grandes agrupaciones en espacios pequeños, lo que concentra en dichos lugares grandes molestias (excrementos, ruido, potencial transmisión de enfermedades).
Càdec ofrece a sus clientes la posibilidad de actuar sobre estas especies molestas con soluciones novedosas y efectivas, poco cruentas y dentro de la legalidad vigente. Ofrecemos asesoramiento a organismos de la administración y soluciones prácticas a particulares. Nuestras soluciones están basadas en el extenso conocimiento que disponemos de la biología de los animales salvajes, siendo el objetivo el abandono natural y permanente de los lugares donde causan molestias.